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I. BERNAL

«Sabíamos de las dificultades

con que habíamos de trope-

zar. Sabíamos que obtener ar-

senobenzoles de primera ca-

lidad no era empresa fácil, y

menos aún introducirlos en

el mercado, cuando sobre

ellos pesaba una leyenda ne-

gra, no por injusta menos di-

fundida. Sabíamos que esta

leyenda sería conveniente-

mente explotada contra no-

sotros por firmas extranje-

ras, que hasta entonces ha-

bían disfrutado de unmono-

polio y no se resignarían a

permitir que nadie les dispu-

tase su supremacía en el mer-

cado español». Así resumía la

propia firma en 1943, en un

libro que conmemoraba su

décimo aniversario, los retos

iniciales con que se fundó

Faes Farma, abreviatura mo-

dernizada de aquel Fábrica

Española de Productos Quí-

micos y Farmacéuticos con

que fue constituida.

Por entonces en el país no

existía apenas industria quí-

mica ymenos aún farmacéu-

tica, por lo que los 4.000me-

tros cuadrados adquiridos a

la orilla de la ría en Lamiako

estaban llamados a acoger

todo un desafío: prescindir

de los medicamentos de im-

portación en el tratamiento

de infecciones, especialmen-

te en el de la sífilis.

Y lo lograron. El mismo

año en que arrancó su activi-

dad la compañía sacó al mer-

cado Neo Faes, un tratamien-

to del que en un solo ejerci-

cio vendió 300.000 ampollas.

Todo un hito aunque lo com-

paremos con los casi 542 mi-

llones de cápsulas y compri-

midos de distintos fármacos

o el millón de frascos de jara-

be que salen anualmente de

esas mismas instalaciones.

Basar la actividad inicial

de la compañía en los com-

puestos arsenicales –tan po-

livalentes que lo mismo ser-

vían para desarrollar antipa-

lúdicos que plaguicidas– fue

además un acierto de cara a

lo que iba a venir. Primero, la

Guerra Civil, que desde los

primeros días dividió el país

y dejó en diferentes bandos

a la empresa y sus proveedo-

res de las otras sustancias que

investigaba, como las sales

de bismuto empleadas para

algunas dolencias estomaca-

les. Después, la postguerra y

el aislamiento internacional.

Para los españoles el arséni-

co no sería por compasión.

Sería por autarquía.

Sin embargo, esa necesi-

dad de combatir enfermeda-

des como la malaria con re-

cursos propios benefició a

Faes Farma, que sólo un año

después de concluida la con-

tienda comenzó a cotizar en

Bolsa y en 1943 ya realizó su

primera adquisición interna-

cional, los Laboratorios Vito-

ria de Lisboa.

Hoy, con más de 200 va-

riadas referencias en el vade-

mécum, los 263 trabajadores

de Faes Farma en Leioa –el

30,2% del total– asisten a una

pequeña revolución con la

construcción, entre otras ins-

talaciones, de una planta para

la síntesis de Bilastina, la am-

pliación del laboratorio de

microbiología o una planta

piloto para la investigación

y desarrollo de nuevos fár-

macos, además de la renova-

ción de encapsuladoras, pu-

rificadoras o secaderos. En to-

tal, la firma invertirá 32 mi-

llones en una renovación que

incluso incluye un pasillo que

conectará las instalaciones

con la salida del metro. Quien

tiene ya tanto pasado bien

sabe que el futuro exige co-

ger todos los trenes.

De aquellos

arsénicos...

Trabajadoras y laboratorios de Faes Farma en los primeros años cuarenta.

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E. C.

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Martes 20.12.16