Dependencia

7 13 marzo 2018 dependencia » M. R. L a sexualidad forma par- te de cada persona desde que nace. Sin embargo, relacionar sexualidad y discapacidad aún supone para muchas personas un tema tabú que genera prejuicios, lo que difi- culta su abordaje. «Con el térmi- no o la idea de ‘sexualidad’ se sue- len cometer frecuentemente muchos errores, como confundir- lo con las relaciones sexuales y, en concreto, con el coito», explica Natalia Rubio, presidenta de la asociación Sexualidad y Discapa- cidad. Pero se trata de un concep- to que abarca mucho más. «Cuan- do los sexólogos y las sexólogas hablamos de ello nos referimos a cuestiones del tipo: cómo son los hombres y las mujeres, a la iden- tidad sexual, la orientación del deseo…Y el resultado es que hay muchas maneras de ser, de vivir- se y expresarse», puntualiza. Y aunque todas las personas sean distintas, los objetivos a la hora de atender la sexualidad tie- nen un punto común: deben aprender a conocerse y a aceptar- se, a la vez que deben reconocer sus propios miedos y hacer fren- te a sus dudas.Y las personas con discapacidad y/o diversidad fun- cional no son una excepción, ya que ésta no tiene por qué impe- dirles disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria. Es aquí don- de las asociaciones de ayuda a per- sonas con discapacidad entran en juego. «Es importante que, ade- más de hablar de lo que quieren saber, les expliquemos lo que nece- sitan saber», concreta. «Lo que se traduce a conversar sobre los geni- tales y el cuerpo, el coito y la mas- turbación, pero también de las La sexualidad en las personas con discapacidad y/o diversidad funcional Especialistas asesoran a familias y afectados a abordar la relación con el sexo de forma amplia y sin tabúes Una de las cuestiones más polémicas es la figura del asistente sexual. Aunque en Espa- ña aún es algo novedoso y no está regula- do, países como Suiza han establecido ya una normativa al respecto. Pero, ¿en qué consiste? «Es un tipo de apoyo humano que se les presta para que las personas con diversidad funcional puedan disfrutar de su propio cuerpo», explica Rubio. «Es la propia persona quien decide para qué quie- re el apoyo y de qué manera se presta», puntualiza. Sin embargo, muchos sectores lo comparan con la prostitución, algo que desde la asociación niegan con rotundidad. «De ninguna manera un asistente sexual ofrece su cuerpo para el disfrute de otro. Es el medio para alcanzar el disfrute, pero nunca es el fin», aclara. Asistente sexual caricias y los besos. De los orgas- mos, pero también del placer, del deseo y de encontrarse a gusto con uno mismo», extiende. Educar y prestar apoyo Para conseguirlo, desde esta enti- dad trabajan en «atender, educar y prestar apoyos a la sexualidad». «La educación sexual no solo con- siste en informar sobre aspectos concretos como el desarrollo cor- poral y la reproducción, sobre la parte preventiva y negativa de los riesgos y peligros o los embara- zos no deseados», reivindica Rubio que, además de sexóloga es psi- cóloga, pedagoga y maestra de educación especial. Por este motivo, la asociación divide su línea de trabajo en tres ámbitos prioritarios. Por una par- te, atienden la sexualidad de las personas con discapacidad según «sus necesidades y demandas, pero también resolviendo dudas y curio- sidades». El segundo paso consis- te en educarles en aspectos de la vida sexual. «Deben aprender a conocerse, a quererse y aceptarse, y a expresar su sexualidad de modo que resulte satisfactoria», indica. Y, por último, prestar apoyos. «Hay que adaptarse a cada persona y a sus circunstancias, considerando sus necesidades individuales, sus valores y sus creencias». Para ello, trabajan mano a mano con las familias y/o familiares de estas personas. «Cada vez hay más interés por abordar el tema», reco- noce. Así, después de años en los que la sexualidad era un tema silenciado, muchas familias han comenzado a enfrentarse a las dudas y temores y a aceptarlo como una cuestión más. Al mis- mo tiempo, la sociedad también empieza a ver con normalidad que una persona, independientemen- te de sus capacidades, quiera dis- frutar con y de su cuerpo. «Pero aunque nos quedemos con la par- te optimista, queda un largo cami- no por recorrer». » Buena disposición: Estar abiertos al diálo- go. Introducir en las con- versaciones habituales en la familia temáticas que tengan que ver con la sexualidad. » Decir la verdad: Como padres o madres, no tenemos por qué ser expertos, ni saberlo todo sobre sexualidad, se puede decir ‘no sé’ y dar una buena respuesta. » Ser naturales: Mostrarse como se es, hablar con los hijos de sexualidad no es un exa- men. Ellos no esperan res- puestas técnicas de diccio- nario. Lo más importante es que aprendan que de este tema pueden hablar con sus padres y/o madres. Consejos

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