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23 enero 2018

enseñanza

Autor del libro ‘Comprensión lec-

tora. Estrategias que desarrollan

lectores autorregulados’ y del blog

comprension-lectora.org

, este

experto describe cómo se debe tra-

bajar desde el ámbito educativo y

familiar para que los niños saquen

el máximo partido a la lectura.

¿Cuáles son las claves de una

buena comprensión lectora?

La escuela de hoy está en un pro-

ceso de transición hacia un nue-

vo modelo de desarrollo de la

comprensión lectora. Durante

centenares de años, se ha enten-

dido que la actividad lectora de

los niños consistía básicamente

en leer un texto para, posterior-

mente, contestar a preguntas que

ordinariamente buscaban la

reproducción literal de su conte-

nido. Por el contrario, hoy enten-

demos que, para comprender, los

lectores necesitan elaborar una

representación mental de lo que

dice el texto, en relación con sus

conocimientos previos. En con-

sonancia con esto, hoy es necesa-

rio instruir a los estudiantes en el

reconocimiento automático de

palabras y un nivel de vocabula-

rio cuantitativa y cualitativamen-

te expandido, junto con el desa-

rrollo de conocimientos previos

que permitan a los lectores poder

realizar las inferencias oportunas

que rellenan aquellos huecos de

significado que los autores suelen

dejar en sus textos. Por otro lado,

esa instrucción debe también

contemplar el conocimiento y

aplicación de aquellas estrategias

cognitivas y metacognitivas que

facilitan a los lectores buscar la

coherencia del texto, como clari-

ficar el significado de palabras

utilizando las pistas que el propio

texto ofrece, establecer conexio-

nes texto-yo, texto-texto y texto-

mundo, o el que sean los propios

alumnos (no los docentes) quie-

nes se autocuestionen sobre el

contenido del texto, así como

habituarse a detener la lectura,

bien para pensar si se está com-

prendiendo, o para reparar el sig-

nificado perdido.

¿De qué forma puede determi-

nar el futuro académico de un

alumno sus dificultades para

entender lo que está leyendo?

De un modo evidente, y no solo

su futuro académico sino su

devenir personal en una sociedad

alfabetizada. El lenguaje es una

herramienta de comunicación, de

aprendizaje y de desarrollo del

pensamiento.Y el mayor o menor

nivel de procesamiento del len-

guaje escrito, en particular, tiene

una relación causal con el futuro

académico del alumnado.Triste-

mente, son bastantes los estu-

diantes a los que no se les ha des-

velado el misterio de qué hacer

para comprender, y se deslizan

sobre las palabras de los textos

sin comprenderlos.

¿A qué edad se debe empezar a

desarrollar esta capacidad?

El armazón lingüístico-cognitivo

que los niños necesitan cimentar

para poder pronosticarse un

adecuado nivel de comprensión

lectora se construye desde eda-

des tempranas, de un modo pau-

latino. Hemos de tener en cuenta

que la comprensión del discurso

oral es un precursor potente del

nivel lector, y solo existen dos

formas complementarias y efi-

cientes de que el cerebro huma-

no pueda almacenar y procesar

las palabras, bien reconociéndo-

las visualmente o escuchándolas.

Teniendo en cuenta que los

niños tardan regularmente entre

4 y 6 años en el aprestamiento

de sus ojos para poder identificar

y leer palabras escritas, y otros 6

o 7 años en perfeccionar el

conocimiento estratégico necesa-

rio para aprender a comprender

lo que leen, el modo más efectivo

y rápido para rellenar ese depósi-

to que tienen es a través del oído

en dos situaciones de aprendiza-

je: una, conversando con adultos,

y otra, escuchando la lectura en

voz alta realizada por su padre,

su madre u otro lector experto.

¿Cómo debería trabajarse en el

aula?

Con materiales de lectura varia-

dos y atrayentes, y enseñando

estrategias de comprensión lecto-

ra. Los docentes sabemos que,

cuando leemos, sostenemos un

diálogo interno y personal con el

texto. Como consecuencia, la

misión de los maestros es desve-

lar ese diálogo interno a los alum-

nos a través de procedimientos

de instrucción directa en estrate-

gias de comprensión lectora,

siguiendo un proceso de transfe-

rencia gradual al estudiante de la

responsabilidad en el uso de esas

estrategias, en tres fases: una pri-

mera, de modelado de las con-

ductas estratégicas que el propio

docente realiza frente a sus alum-

nos mientras les lee un texto, otra

de aplicación y perfeccionamien-

to en el uso de dichas estrategias,

en la que los estudiantes realizan

un trabajo cooperativo, y una

última, en la que se busca que

cada lector las utilice de un modo

independiente.

¿Existen unos libros más ade-

cuados que otros?

Los mejores libros son los que

eligen los propios alumnos. Sin

embargo, hoy los libros de lectura

narrativos o expositivos son muy

atrayentes, llenos de pistas gráfi-

cas y con un contenido más cui-

dado en su estructura textual.

Pero, tendríamos que destacar

que tradicionalmente hemos

ofrecido una dieta desequilibrada

de lectura a los niños, primando

los textos narrativos en detrimen-

to de los de naturaleza expositiva.

En general, los estudiantes de los

cursos intermedios y superiores

de Primaria (3º, 4º, 5º y 6º),

muestran un limitado conoci-

miento de las diferencias entre la

estructura narrativa de los textos

de ficción (creada para entrete-

ner), y las diversas estructuras

expositivas (creadas para trans-

mitir información). Los textos

narrativos tienen una estructura

secuencial muy familiar para los

niños. Sin embargo, es esencial

que en la escuela los maestros

instruyan más en el vocabulario

técnico, confuso, abstracto, y en

las estructuras lingüísticas pro-

pias de los textos expositivos, lo

cual supone un problema de

comprensión añadido para ellos.

¿Recomienda hacer sinopsis

después de leer un libro?

No al final de la lectura, sino

durante su procesamiento. Las

representaciones visuales del

contenido de un texto (pirámide

narrativa, mapas de una narra-

ción, de un personaje, de un tex-

to causa-efecto o descriptivo,

etc.), son herramientas de pensa-

miento necesarias que ayudan a

los lectores a comprender.

¿Tienen ahora los niños más

dificultades para entender lo que

leen por el exceso de estímulos?

Así es, en muchos casos. Desde

el ámbito de la neurociencia se

nos plantea que la sobreexposi-

ción de los niños a estímulos que

provocan respuestas reactivas, no

reflexivas, como es el caso de los

videojuegos, las tablets, la televi-

sión, etc., puede generar en ellos

una excesiva activación neuroló-

gica en la que no media lenguaje

o pensamiento alguno para pro-

cesar la información, provocan-

do, en algunos casos, conductas

impulsivas y afectar al aprendiza-

je. En este sentido, plantear a los

niños actividades más relajantes,

reflexivas y creativas que despier-

ten en ellos el control de su inteli-

gencia ejecutiva es una misión

ineludible de las familias. Los pri-

meros años de la vida son crucia-

les para ello y, tristemente, la lec-

tura es una alternativa olvidada

en muchos casos.

¿Qué papel deben jugar los

padres?

Los padres deben ser modelos

que despierten el interés de los

niños por la lectura. Durante los

6-7 primeros años, el potencial

imitativo de conductas con el

referente del gusto por leer de

sus padres es muy grande. Asi-

mismo, la lectura en voz alta a los

niños es un arma de construc-

ción masiva de vocabulario,

conocimiento del mundo y pro-

cesos estratégicos para compren-

der, que mejoran su capacidad

futura de comprensión lectora.

Andrés Calero

»

Maestro y psicólogo educativo

«La comprensión lectora determina el

futuro académico y personal de los niños»

«Los padres deben

despertar el interés

de los hijos por

la lectura»