Gehiago Biziz + vida
5 12 marzo 2024 gehiago biziz +vida » J. G. Levantarse de la cama, mirarse al espejo y saber que el nuevo día está lleno de cosas por hacer es el reto del envejecimiento activo. Una persona que se jubila tiene aún 15 o 20 años por delante, «¿qué hacemos con ese tiempo de vida que antes no teníamos?», indagó FelicianoVillar, doctor en Psicología y coordinador del Gru- po de Investigación en Geronto- logía (GIG) de la Universitat de Barcelona. La misión será enton- ces dotar de sentido ese periodo adicional. Es ahí donde entran en juego las relaciones humanas. El contacto entre personas de diversas edades es la verdadera «innovación social», indicó Aitor Urrutia, doctor en Ciencia Polí- tica de la Universidad de Deus- to. Le secundó Mariano Sánchez Martínez, director de la Cátedra Macrosad de Estudios Interge- neracionales de la Universidad de Granada (UGR), quien opinó que la intergeneracionalidad per- mite «viajar en el tiempo». Hacia atrás o adelante. El sociólogo Sán- chez Martínez ha sido testigo de esas excursiones a lo largo de la línea temporal porque las ha observado en el espacio de inte- gración que se ha puesto en mar- cha en Granada. «Una mujer mayor del centro, que recientemente había perdido a su hijo, pidió acudir a la sala de bebés. Estuvo toda la mañana frente a los pequeños sin pronun- ciar una palabra. Cuando regre- só sólo dijo: me siento mejor», relató el experto. «El vínculo entre la gente nacida en diferentes épo- cas históricas es una oportunidad de cambio», siempre que haya la suficiente disposición para for- mar parte de la transformación y que el encuentro sea consensua- do para evitar caer en el edadis- mo, lo que Sánchez Martínez cataloga como «un camino hacia el desprecio». Diversidad etaria El sociólogo invitó a los asisten- tes a dejar atrás las «etiquetas» eta- rias –«olvidemos el analfabetismo temporal. Una persona puede mezclar momentos, edades y vivencias»–. Argumentó su pos- tura desde su propia experiencia: un niño de 12 años que había enfrentado la muerte de su padre también puede atravesar por un proceso de duelo, del que en ese momento ningún adulto se atre- vió a hablarle por considerar que no tenía «la edad suficiente». Villar rechazó también la con- cepción –«socialmente aceptada»– de la clasificación por edades: «El paso del tiempo cronológico indi- ca algo, pero no hasta el punto de atrevernos a decir quién es una persona, qué hace, qué siente o cómo piensa solo por la cantidad de años que ha cumplido». Aun- que reconoció que vivir más brin- da una perspectiva diferente del mundo –«no se ve la vida igual a los 80 años que a los 20 por todas las experiencias pasadas»–, no es un aspecto determinante para definir a alguien. Para combatir esos sesgos, Urrutia contó los proyectos que se adelantan en Euskadi para faci- litar el nexo entre los mayores de 65 años y los menores. No solo los abuelos tienen algo para ense- ñar, ahora los niños también. «El proceso de aprendizaje no es lineal». BBK Sasoiko es uno de esos programas en el que los aiti- tes y las amamas se reúnen con sus nietos para promover siner- gias. «Los ancianos suelen poner- se excusas para no hacer algunas actividades», lamentó el experto, quien aclaró que la gente debe empoderarse de su proceso de envejecimiento. «Yo me he jubi- lado del trabajo, no de la vida». Uno de los retos de la nueva longevidad es dotar de conteni- do el tiempo extra.Tras culminar la etapa laboral, aún quedan años por disfrutar. Se echa en falta generar espacios para ello. Ade- más de «alargar» la vida también se debe «ensanchar» para evitar el surgimiento de dudas sobre si vale la pena contar con los días adicionales. Actividades de integración Cada persona tiene diferentes rit- mos de envejecimiento, depen- diendo de las circunstancias per- sonales –carencias económicas, soledad no deseada, discapacida- des–. Pese a que somos «arqui- tectos de nuestra vejez», según Villar, es necesario crear condi- ciones estructurales para favore- cer también a aquellos que no han tenido tantas oportunidades de éxito. «La sociedad debe dotarse de espacios para que el encuen- tro intergeneracional sea fácil, atractivo y habitual», subrayó Sán- chez Martínez. Con el fin de desmarcar ese encuentro de jóvenes y mayores del área de la gerontología, que suele ser el único enfoque, los expertos coincidieron en que las actividades que se desarrollen deben llamar la atención, princi- palmente, de los chicos. Esto se puede crear de manera colectiva con base en las acciones que ya se han hecho antes. «El mejor pre- dictor del presente es el pasado», resumió Urrutia. El aporte de las relaciones entre personas de diferentes edades a un envejecimiento con mayor sentido se debatió en la primera mesa redonda de la jornada «Las intergeneracionalidad permite viajar en el tiempo» Aitor Urrutia, Mariano Sánchez y Feliciano Villar coincidieron en la necesidad de dotar de sentido los años después de la jubilación. Uno de los retos de la nueva longevidad es dotar de contenido el tiempo adicional que hace algunos años no teníamos «La vida no se ve igual a los 80 que a los 20 años, pero la edad no define quién es una persona, qué hace o siente» Feliciano Villar Universitat de Barcelona «La gente mayor necesita empoderarse de su proceso de envejecimiento. Se han jubilado de sus trabajos, no de la vida» Aitor Urrutia Universidad de Deusto «Los vínculos entre jóvenes y mayores son una oportunidad de transformación individual y colectiva, sólo si estamos abiertos a ese cambio» Mariano Sánchez Martínez Universidad de Granada
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