Responsabilidad Social

5 29 octubre 2020 responsabilidad social » C. C. A pesar de que las leyes van estableciendo como obligatorias algunas prácticas de RSC, por ejemplo medioambientales o de inclusión social, a día de hoy aden- trarse en este camino depende de la voluntad de cada una de las empresas. La Comisión Europea ha establecido como hoja de ruta que la recuperación económica de esta crisis esté basada en la sos- tenibilidad, lo que puede favore- cer a aquellas compañías que están mejor posicionadas en este ámbi- to. La pregunta es, ¿qué tienen que hacer para empezar a ser res- ponsables? «El primer paso es hacer una evaluación del contexto de soste- nibilidad que deriva de su propia actividad y mirar los diferentes impactos a los que está expues- ta», explica Orencio Vázquez, gerente del Observatorio de Res- ponsabilidad Social Corporativa. Esta organización sin ánimo de lucro surge en el año 2004 y des- de entonces impulsa la correcta aplicación de esta materia. Para que este factor funcione, hay que tener en cuenta dónde desarrolla su función y cuál es su cadena de suministro. «Uno de los principa- les problemas con los que se encuentran es que no sea su ámbi- to y, en ocasiones, lo ven muy ale- jado. Esto hace que se echen para atrás», lamenta. Después hay que analizar los riesgos a los que se enfrenta para ver cuáles son las diferentes sali- das de todas las áreas de respon- sabilidad social. Una parte impor- tante es establecer un sistema de gobernanza y coordinación en la propia entidad. «A ser posible al más alto nivel para que la empre- sa, a través del comité de sosteni- bilidad o en los propios consejos de administración, se encargue de evaluar y supervisar estas políti- cas», señala. Una vez establecidos los posi- bles problemas y creada una estructura organizativa, las cor- poraciones deben poner sobre papel las medidas concretas que quieren llevar a cabo. Para que funcionen, deben realizar evalua- ciones continuas. Pero en la actua- lidad se está dando otra práctica, adoptar estas acciones desde el principio. «Es un error porque que no suele haber conexión entre ellas. Esto llevaría a actos incone- xos entre sí que podrían tener con- tradicciones de cara a la ciudada- nía». En esto influyen las expec- tativas de las que parten las cor- poraciones. «El problema es que no se ve una contrapartida a cor- to plazo, lo que puede llevar a pen- sar que esto solo supone un cos- te añadido», opina. Certificación de calidad A todo ello se suma, según Vázquez, que el «mercado no está suficientemente maduro. Tiene un problema que es la Ley de Información no Financiera». Ésta obliga, a las compañías que cuen- tan con más de 500 trabajadores a incluir en los informes de ges- tión consolidados un apartado relativo a las competencias que no sean financieras. Por lo que, tie- nen que recoger todo aquello que está relacionado con la sostenibi- lidad. A partir del próximo año, deberán hacerlo también aquellas empresas que cuenten con más de 250 empleados. «El factor normativo es impor- tante, pero también se debería tra- bajar en un nivel de certificación. Yo sí considero que es un tema que está en la agenda institucio- nal tanto pública como privada. Las grandes corporaciones se ven cada vez más presionadas para que, en esa esfera de influencia, la cadena de valor involucre a sus proveedores y todo aquel al que administre bienes y servicios. Entonces se empieza a tener un mayor control sobre esos provee- dores», asegura. Objetivo pymes Pensar en cuánto tiempo se pue- den obtener beneficios es difícil. Empresas como Ecoalf, destina- da a la venta de ropa sostenible, han nacido con esta materia como eje. Pero es un tema que no se puede monetizar. «Depende del tipo de compañía. Es muy difícil establecer un criterio en base al cual tú puedas obtener un retor- no». Por lo general, la RSE se apli- ca en grandes empresas, pero las pymes aún no están enfrascadas en este camino. A pesar de que hay prácticas de esta materia que están en su naturaleza, como conocer las demandas de su entorno o las preocupaciones de las personas que trabajan en ellas, hay otras que les son más difíci- les de incorporar. «Aplicarlas en este tipo de compañías es un obje- tivo. Hay que traducir estas cues- tiones, que parten de un ámbito de desajuste de mercado a nivel internacional, para ver cómo pue- de aportar dentro de su ámbito de influencia». Una evaluación de contexto, análisis de riesgos y aprobar políticas de compromiso con la RSE son algunos de los pasos que tienen que acometer las empresas El camino sostenible Desde el Observatorio de Responsabi- lidad Social Corporativa han estado atentos a las acciones que las empre- sas han hecho durante los primeros meses de la pandemia. «Ha habido un movimiento espontáneo que fue inte- resante y estableció alianzas entre empresas y administración pública. Se generó un ecosistema muy favorable por necesidad de materiales y se pusieron a hacer respiradores, masca- rillas, EPIs... Pero también ha habido mucho oportunismo y se tomaron la crisis como un elemento de marketing o comunicación para sus fines», expli- ca su gerente, OrencioVázquez. Los ejemplos del Covid La inversión sostenible se ha conver- tido en un movimiento importante. A pesar de que en sus inicios, en el año 2009, apenas había nicho de negocio, la importancia por esta materia lo ha hecho eclosionar. En menos de 10 años, la financiación en todo el país ha aumentado en 209.965 millones de euros. En parte se debe a que «las empresas obtienen unos flujos de capital más rápidos, con menor coste, porque la financia- ción les puede entrar por otra vía», declara Francisco Javier Garoya, presidente del Foro de Inversión Sostenible de España, Spainsif. La inversión sostenible en crecimiento

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