Osasuna
Salud
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E
l agua es el principal compo-
nente del cuerpo humano
–supone alrededor del 70%
del peso corporal total– y
cumple una función vital al permitir al
organismo realizar todos los procesos
bioquímicos imprescindibles para su
funcionamiento con acciones como el
transporte de nutrientes a las células,
la eliminación de toxinas, el buen fun-
cionamiento de los riñones, la regula-
ción de la temperatura corporal y la
prevención del estreñimiento.
La farmacéutica Izaskun Ramírez
recuerda desde la Farmacia Ormazabal-
Zamacona de Vitoria que el nivel de
líquidos debe mantenerse constante,
por lo que al igual que en verano, es
importante seguir hidratándonos en la
época invernal. «En verano es más fácil
porque notamos la sensación de sed
que nos lleva a beber agua, pero en
invierno esta necesidad no se siente tan
fácilmente y pensamos que no tiene
importancia», señala.
Cuando notamos sed es porque
nuestro cuerpo ya ha perdido un 1%
del líquido que necesitamos para vivir,
es la señal de alerta que nos informa
de que tenemos que reponer esos
líquidos y sales minerales perdidas.
«En invierno se tiene que beber exac-
tamente igual que en verano aunque
el cuerpo no nos lo pida. Es verdad
que en lugar de agua podemos susti-
tuirlo por infusiones o caldos, cual-
quier bebida caliente», sugiere. Entre
los síntomas de la deshidratación están
la fatiga, debilidad y puede llegar a
sentirse mareos. Además, a medida
que se acentúa la falta de líquido, la
frecuencia cardiaca se acelera y
comienza a presentarse sequedad de
boca y cansancio.
Uno de los grupos de población que
debe cuidar más de su hidratación son
las personas mayores, ya que con la
edad su mecanismo de regulación tér-
mica se deteriora y pueden no percibir
la sed. «A las personas mayores se les
recomienda incluir en su dieta líquidos
para evitar la deshidratación. Pueden
tener su sistema de alerta deteriorado
y no ser conscientes del grado de des-
hidratación que tienen, como lo pueden
sentir las personas jóvenes», explica la
experta. Los ancianos son especialmen-
te susceptibles frente a la deshidrata-
ción ya que suelen tener debilitado el
sistema inmunológico y otras enferme-
dades que se agravan con la falta de
líquidos y ser causa de muchas hospi-
talizaciones.
En invierno las calefacciones también
pueden ser una fuente de deshidrata-
ción, ya que resecan el ambiente. «En
invierno no tenemos tanto sol pero al
estar en sitios cerrados con calefacción
se secan mucho las mucosas, por lo que
es recomendable humedecer el ambien-
te mediante humidificadores o colocan-
do un cuenco con agua», señala Ramí-
rez. En el trabajo hay situaciones de
estrés o nerviosismo que nos alteran y
provocan pérdidas imperceptibles que
se pueden reponer con una alimenta-
ción rica en líquidos.
Cantidad recomendable
El Observatorio de Hidratación y Salud
(OHS) recuerda que las necesidades de
hidratación no son las mismas para
todas las personas, sino que dependen
de factores como la edad, la actividad
física, las condiciones ambientales de
calor o humedad, así como de situacio-
nes ‘especiales’ como una sudoración
excesiva, vómitos o diarreas.
El OHS es una institución de carácter
científico-técnico que promueve pro-
yectos de investigación y recopila toda
la información, estudios y bibliografías
relacionados con esta área. A su vez,
fomenta la educación y la divulgación
para concienciar a la población de la
importancia de adoptar hábitos saluda-
bles y, de este modo, prevenir proble-
mas de salud asociados a la deshidra-
tación.
En circunstancias normales, los
expertos recomiendan ingerir alrededor
de 2,5 litros de líquido al día, mientras
que en situaciones especiales, como
cuando se realiza una actividad física
intensa o en ambientes de calor, es
necesario beber 3 o más litros. El OHS
recuerda que esta cantidad no sólo se
consigue a través de la bebida sino que
tanbién se puede obtener con el con-
sumo de alimentos como frutas y ver-
duras.
Se calcula que del total del agua
necesaria, entre un 20 y un 25% pro-
viene de los alimentos y un 75-80% de
las bebidas. Además, un exceso de
líquido en personas sanas no tiene por
qué provocar problemas, ya que se pue-
de eliminar «con facilidad» por los riño-
nes, pero el OHS recuerda que no es
recomendable beber mucha cantidad
en un corto periodo de tiempo.
Obsesión
por beber
Sobre la mesa de muchas oficinas el
botellín de agua es uno de los habi-
tuales junto al bote de bolígrafos o
el calendario de sobremesa, y levan-
tarse a llenar nuestro vaso o taza en
los dispensadores de agua, constitu-
ye muchas veces una excusa para
estirar las piernas y hacer un alto en
nuestro trabajo. Sin embargo, hay
casos en los que el consumo de
agua se convierte en excesivo y se
bebe de forma compulsiva.
El Observatorio de Hidratación y
Salud alerta de que este tipo de
comportamiento con el agua se
denomina potomanía o polidipsia
psicogénica, un trastorno que tiene
un componente psicológico en el
que se utiliza el agua para calmar la
ansiedad. Según explica el OHS, la
potomanía está asociada a la creen-
cia de que el consumo de agua ayu-
da a adelgazar, por lo que se puede
presentar junto a otros trastornos
como la anorexia o la bulimia.
La hidratación, igual de
importante en invierno
Una persona puede
sobrevivir tres semanas sin
alimentos pero sólo tres días
sin ingerir líquidos, ya que
son un nutriente esencial
para nuestra vida que
cumplen un importante
papel en el buen
funcionamiento de
nuestro organismo
Además de agua y zumos, en invierno la hidratación también puede provenir de caldos e infusiones.
hidratación
Consejos
•
Beber unos 2,5 litros de agua al
día es suficiente.
•
Subir a 3 litros o más si se hace
deporte o se está en ambientes
calurosos.
•
No se recomienda ingerir mucha
cantidad de líquido en poco
tiempo.
•
Mantener una hidratación conti-
nua aunque no se tenga sed.