Aniversario Territorios
pero he visto tantos volatines en el arte... Y quizá ahora con la época de los ‘influen- cers’ vivimos una especie de presente con- tinuo en que los significantes pueden cam- biar en cualquier momento. Quizá ahora está de moda esto, luego estará no sé qué, y mañana no te acuerdas. ¿Tú sabes la can- tidad de artistas que he visto yo pasar en todos estos años? Aparecer, desaparecer, subir, bajar... Todo eso tiene que ver mu- cho con las esferas de poder. Yo más que de escena hablaría de esfera. Y ahí, en las esferas, es donde se está manejando todo el cotarro internacional y nacional. Nun- ca se habla de las renuncias». «Sería un proyecto precioso –apunta en ese momento Zugaza– que podríamos ha- cer con las vocaciones que quedaron por el camino, gente que se sabe que no ha llegado a prosperar. Sería una cosa fasci- nante y seguramente mucho más verda- dera que algunas de las cosas que vemos». Señala que una consecuencia que puede tener un fenómeno como el Guggenheim es que «el éxito de nuestras instituciones dependa, digamos, de las audiencias, del número de visitantes, y tenemos que pre- venirnos sobre eso». Asegura que lo que hacen muchas instituciones en torno al arte «tiene que ver más con la ecología que con el mercado, porque el arte es muy frágil, más que un jardín botánico. Lo ha dicho Darío, ahora se valora esto, luego se deja de valorar y la gente se retira. A pe- sar de todo, la sociedad respeta hoy más el arte y a los artistas». ¿Arte de segunda? Verónica Werckmeister, como muralista, se siente un poco al margen de esta esce- na de museos y artistas que exponen en ellos: «En algunos sitios empieza a llamar a la puerta el ‘socially engaged art’ (arte de compromiso social), y se organizanmu- chas exposiciones, pero hace 30 o 40 años no era así. Las instituciones empiezan a apostar por tener más muestras interac- tivas de este tipo de arte, que puede ser más o menos controvertido, pero es muy amplio. Desde yo, que hago murales en un barrio o donde sea, hasta Santiago Sierra, que estuvo aquí en el Artium. O Banksy». ¿Acaso ha notado Werckmeister que desde otras disciplinas se minusvalora la suya? «Yo admito la existencia de todas las formas de arte, pero sí, yo lo he senti- do. Es como jugar en una liga completa- mente diferente. Aunque el arte comuni- tario no busque confrontación con el de los museos, sino colaboración con la so- ciedad, el arte como derecho humano, la expresión colectiva mas allá del consu- mo. Unmural no se puede comprar ni ven- der y una obra de arte con autoría com- partida no es de nadie o es de todos. Eso sí, me parecería triste que cualquier expre- sión artística comunitaria dependiera de interlocutores de la ‘primera división’ para considerarse legítima». El apoyo institucional al arte ha crecido mucho, pero... ¿existe el peligro de que con ello se coarte de algúnmodo la libertad del artista? Ixone Sádaba opina que «poder ser independiente te da cierta libertad, omejor dicho, la libertad total, por eso es importan- te el tema de la profesionalización. El apo- yo institucional es relevante y abre puertas, aunque también esmuy importante que las instituciones sean conscientes de que no llegan a todos los lugares, o sea, que haymu- chosniveles, como el de los espacios autoges- tionados, donde los artistas jóvenes puedan trabajar». «Pero, cuidado, la política cultu- ral es un derecho que tenemos, como cual- quier otro, con nuestros impuestos o lo que sea», defiendeWerckmeister. IA y escasez de galerías De juventud habla Múgica, al pedir un re- levo generacional entre los galeristas para poder fomentar el coleccionismo entre otras generaciones. «Es que es una heca- tombe, no hacen más que desaparecer ga- lerías, y tienen que surgir iniciativas jó- venes en pequeños locales, gente con es- fuerzo sin pretender tener megaespacios. Muchos no se meten en esto por los alqui- leres, quieren empezar a lo grande y no es posible, hay que comenzar pequeño, con artistas jóvenes y precios bajos, por- que es una falacia que solo puedes com- prar arte si tienes mucho dinero. Y si no logramos esto, el mercado quedará cojo». «Pero ¿cómo van a coleccionar los jó- venes si no tienen dónde colocarlo? –plan- tea Urzay–. Una de las cosas más difíciles hoy en día es la vivienda. No tiene nada que ver quién coleccionaba hace 40 años con quién colecciona hoy». «Bueno, tam- bién se puede coleccionar en formato ví- deo –tercia Miriam Isasi–, lo llevas en un ‘pendrive’, lo proyectas con unos colegas y esa es tu pieza». Para el final queda el último invitado en irrumpir en escena, la Inteligencia Ar- tificial. Hoy centra una de las exposicio- nes estrella del Guggenheim, la de Refik Anadol, pero muchos la contemplan con temor. No es el caso de Isasi: «La IA es una herramienta más, no pienso en ella como una amenaza. Las conexiones que puede establecer el ser humano van por delan- te de la tecnología». DARÍO URZAY Artista Licenciado en Bellas Artes, ha expuesto por todo el mundo y tiene obra en losmuseos españolesmás importantes. «En las esferas de poder es donde se maneja el cotarro, y nunca nadie habla de las renuncias» MIRIAM ISASI Artista y profesora Lda. en Bellas Artes y dra. en Práctica y Teoría de la Pintura. Centra sus últimas obras en lamemoria histórica y la guerra. «El ser humano hace conexiones que van por delante de la tecnología. La IA no es amenaza» SOCiEDAD FILARMÓNICA DE BiLBAO Fundada en 1896 Marqués del Puerto, 2. Bilbao I Tel: 944 232 621 I www.filarmonica.org 130 años disfrutando de la mejor música de cámara Sábado 15.03.25 EL CORREO 27 TERRITORIOS DE LA CULTURA
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