Aniversario Territorios

Un cartel muy variado. Bajo la icónica cúpula de Bilborock, siete artistas de estilos diversos toman el pulso a nuestro presente musical y reivindican el valor de lo pequeño y lo subterráneo: «Sin eso no existe lo grande, es un ecosistema» odos sonmúsicos, eso está claro, pero da un poco de respeto juntar a artistas de estilos tan varia- dos, porque a lo mejor saltan chispas y el vene- rable edificio de Bilborock hace implosión y de- saparece de nuestro universo. Después todas esas prevenciones se revelan un poco ridículas, porque resulta que la mayoría de los participan- tes en el encuentro se conocen de antes (de fies- tas, de festis y de la Azoka de Durango, que hace mucho por estable- cer lazos) y conviven con total naturalidad: se irá viendo, en la con- versación, que esta demolición de viejos muros es un signo de nues- tros tiempos, frente a aquella costumbre de antaño de encerrarse en la propia fortaleza y verter el aceite caliente del desdén sobre los de fuera, esos que no usaban guitarras, que sí usaban guitarras, que bailaban, que no bailaban, que cantaban en euskera o en castella- no o en inglés, que sonaban demasiado en la radio, que se peinaban distinto... La idea es revolver alegremente géneros y generaciones. Por un lado tenemos a tres veteranos: Rafa Rueda (que triunfó en los 90 al frente de Pi L.T. y con ellos sigue, tras su reciente retorno), Iñaki ‘Pela’ Urbizu (que también empezó en los 90 con Obligaciones o, como se llamaban al principio, Obligaciones del Estado) e Isa Fer- nández Reviriego (cuya primera banda, a finales de aquella década y aquel milenio, fueron Electrobikinis). Los otros cuatro, en cambio, en los 90 se dedicaban principalmente a nacer: Izaro en 1993, Ane Barcena (del dúo vasco-catalán Pinpilinpussies) en 1994 y Unai Ma- dariaga (de EZEZEZ) e Iratxe Aguilera (de Kai Nakai, embajadora de las músicas urbanas en la reunión) en 1996, el mismo año que em- pezó a publicarse Territorios. Y lo más curioso es que, si exceptua- mos al siempre cáustico Pela, unos y otros coinciden en sus apre- ciaciones al tomar el pulso a la escena vasca. «Está superdinámica, muy interesante, muy florecida. Es como una primavera musical y se nota que ha habido mucha siembra», resume Izaro, que recuerda el ambiente mucho CARLOS BENITO Solo de festivales no se vive ROCK Y POP 6 NÚMERO 1.500 Sábado 15.03.25 EL CORREO 28 TERRITORIOS DE LA CULTURA

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