Aniversario Territorios
iene razón el nombre de este suplemento: la cul- tura también es un te- rritorio. Da forma a una geografía de espacios, a caballo entre lo lúdico y lo sagrado, donde nos sen- timos seguros y particularmente huma- nos, liberados de todos esos lastres que nos impiden volar. Por eso los lugares también son protagonistas de este núme- ro especial: los diez retratos colectivos que componen este recorrido por los sen- deros, los barrios y los recovecos de la creatividad y el pensamiento en Euska- di no muestran fondos aleatorios, insus- tanciales, sino entornos que forman par- te activa de cada disciplina, que exceden la condición de simple escenario y hacen cultura. En las diez escalas de nuestro viaje hay de todo, desde construcciones del siglo XIII hasta sedes inauguradas el año pa- sado, desde iniciativas institucionales hasta frutos de la autogestión, desde tem- plos que son salas de conciertos hasta tiendas que son templos, desde edificios transparentes que se pueden leer desde la calle hasta icebergs arquitectónicos que solo permiten intuir sus maravillas. Algunos, además, invitan a hacer una re- flexión sobre el tiempo. El ejemplo obvio es la Catedral Vieja de Vitoria, que nació hace más de 800 años como una peque- ña iglesia-fortaleza en la aldea de Gasteiz y hoy es un monumento único, una rara oportunidad de experimentar la historia en construcción mientras ascendemos de los fundamentos a las alturas. ¡Buen sitio para que se abstraigan nuestros pen- sadores! También la otra iglesia (o exiglesia) de nuestro itinerario lleva a meditar sobre las mudanzas y lo transitorio de la vida. El templo bilbaíno de La Merced, del si- glo XVII, quedó abandonado en los 80 y se convirtió en un penoso trastero, has- ta que el Ayuntamiento lo metamorfoseó en Bilborock en 1997: además de acoger conciertos y otros espec- táculos en su sala poliva- lente, funciona como acti- va célula de creatividad ju- venil. El ayer asoma de otra manera en el Palacio Eus- kalduna, uno de los hitos majestuosos del nuevo Bil- bao, inaugurado en 1999, sede de la BOS y escenario de la temporada de ópera de la ABAO: hereda su nombre de los antiguos as- tilleros que ocupaban ese espacio, y también su configuración, ya que los arquitectos lo concibieron como un barco en permanente construcción que emerge del dique. Y, en fin, hasta en la Escuela de Cine del País Vasco, lo más nuevo del lote, se puede meditar acerca de los reveladores estratos del pasado: sus dos mil metros cuadrados, cedidos por el Ayuntamiento de Bilbao, se alzan en Miribilla, sobre los terrenos de lo que hace no tanto fue la mina San Luis. Hoy se ha convertido en el gran yacimiento audiovisual de Euskadi. De la lira a los murales El Arriaga es una egregia institución que empezó a funcionar en 1890, ha supera- do desastres –desde el incendio devasta- dor de 1914 hasta las inundaciones de 1983– y se mantiene más activo que nun- ca, como emblema siempre vivo del tea- tro en Bilbao. En cambio, D8 Sorkuntza Faktoria echa sus raíces en la contracul- tura, que como todos sabe- mos es una de las másca- ras traviesas de la cultura sin más: el proyecto nació en 2019 como evolución del gaztetxe de Zorroza, pensado para dotar de es- tructura a la compañía de danza de Adriana Bilbao. Hay cierta distancia con- ceptual entre la lira que adorna el frontón del Arria- ga y los murales que en- vuelven por dentro y por fuera D8 Sorkuntza Faktoria, pero juegan en el mismo equipo. ¿Y qué decir del con- trapunto arquitectónico entre el Artium y la Biblioteca Foral de Bizkaia? El mu- seo vitoriano de arte contemporáneo, fun- dado en 2002, con sus dos volúmenes en hormigón blanco y granito gris, apenas insinúa su ambición: tres cuartas partes de su superficie se ubican bajo tierra, como los tesoros. La sede de la bibliote- ca bilbaína, cinco años más joven, juega en cambio a la transparencia, con un con- tenedor acristalado de seis plantas que muestra textos en doscientas lenguas. Hay casos en los que la Administración se hace eco de las corrientes culturales que fluyen por la sociedad. Así se gestó en 2004 Euskararen Etxea, en el barrio bilbaíno de San Ignacio, con la aspiración de servir de referente a quienes trabajan en torno a la lengua vasca, como los in- vitados que en nuestra foto se multipli- can en sus espejos. Y, en algunas ocasio- nes, sucede que es un negocio privado lo que adquiere estatura gigantesca, inelu- dible: Joker, que arrancó modestamente en Santutxu allá por 1994 y se trasladó veinte años después a sus actuales ins- talaciones, es destino de peregrinación para los apasionados del cómic y los jue- gos, no solo de Bilbao, no solo de Euska- di. Más allá de volvernos o no mejores, esa frase tan desgastada por el uso, lo que está claro es que se trata de sitios donde solemos sentirnos felices, un rasgo que no conviene desdeñar en este mundo tan complicado. Todos ellos –y muchos más, nudos de la misma red– tienen algo de refugios frente a enemigos temibles: la barbarie, si nos ponemos en plan tremen- dista, pero también la sobrecarga de tra- bajo, la desmotivación de sentirnos atra- pados en una rueda de hámster, las preo- cupaciones que asfixian la mente, la de- silusión cotidiana... Al cruzar sus umbra- les se abre un paréntesis en todo eso, así que ¡celebremos su existencia! Un viaje por diez territorios de la cultura Los escenarios. Para las fotos de este especial se han buscado marcos especiales, mucho más que simples fondos. Son lugares que nos llevan a sentirnos particularmente humanos: son edificios que hacen cultura CARLOS BENITO NÚMERO 1.500 Conviven desde construcciones del siglo XIII hasta sedes inauguradas el año pasado CATEDRAL DE SANTA MARÍA VITORIA La Catedral Vieja puede recorrerse en distintas visitas guiadas, con precios entre 8,5 y 11 euros. Además, el recinto acoge el programa veraniego ‘Abierto por concierto’ y otros eventos culturales. Sábado 15.03.25 EL CORREO 52 TERRITORIOS DE LA CULTURA
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