Women In Progress

12 26 marzo 2019 » Laura A. Izaguirre L as mujeres representan alrededor del 30% del personal investigador en el mundo y pese a que su presencia ha aumentado un 12% en las últimas déca- das, aún queda camino por recorrer, aunque se van dando pasos. Por ejemplo, el informe de mujeres investigadoras de la Comisión Muje- res y Ciencia, muestra como «un indicador positivo» que el índice de techo de cristal fue- se en 2017 de 1,42, es decir, ligeramente infe- rior al contabilizado un año antes, cuando fue de 1,44. Al centrar la vista en el PaísVasco son ellas quienes superan a los hombres en las áreas de investigación, ya que suponen el 52% del personal en la UPV/EHU. Según muchos estudios, los equipos de tra- bajo con mayores niveles de diversidad son más innovadores y las empresas con más presen- cia femenina son más competitivas y resisten- tes a las crisis. «Es muy grave que en las STEM no entren las mujeres porque la mirada feme- nina haría que se estudiaran otro tipo de pro- blemas», sentencia Marta Macho, doctora en Matemáticas y divulgadora científica. ¿Es cier- to que la visión femenina puede contribuir a investigar de modo diferente? He aquí algunos ejemplos de cómo la perspectiva de ellas cam- bió el modo de investigar en ciertas ciencias… Otro punto de vista en investigación El techo de cristal comienza a romperse en este área mientras hay quien se pregunta si la mujer aporta una mirada diferente a los estudios Cuando la ciencia era cosa de hombres los experi- mentos se hacían en machos, los ensayos clíni- cos no tenían en cuenta las diferencias fisiológicas femeninas y no se con- templaba que las enfer- medades afectan diferen- te a unos y otras. Eso se tradujo en que ellas sufrían más efectos secundarios y no se investigaba sobre la regla o la menopausia. La entrada de la mujer hizo que se tuvieran en cuenta aspectos como que el grosor de las arterias es diferente en ambos sexos. Ellas, mal tratadas Los ‘dummies’, los muñe- cos utilizados para estu- diar las consecuencias de los accidentes, comenza- ron a utilizarse en 1949 en las fuerzas aéreas de EE UU., cuando las muje- res estaban excluidas de la ingeniería y del Ejérci- to. El cuerpo que se utili- zó como modelo fue el masculino, pero al empe- zar a aplicar en la investi- gación civil debía que tener también en cuenta el cuerpo de ellas. Pero no fue hasta 1996 cuando apareció el primer ‘dummie embarazado’. Los ‘dummies’ son hombres La primatología también dio un gran giro cuan- do ellas se incorporaron a este ámbito de la investigación. Mientras que hasta ese momento los hombres se centra- ban en investigar el comportamiento de los machos dominantes e, incluso, dejaban de estu- diar especies muy con- cretas en las que éstos no existían, la llegada de las mujeres hizo que se comenzaran a fijar en la conducta de las hem- bras, de las crías y de la interrelación entre ellos. Más allá del macho alfa

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